La llave de David Parte 2
Jamás
encontraremos un diamante junto a un gazofilacio o un contenedor de basura, las joyas de gran
valor no se regalan sino a alguien de valor, y las joyas no se consiguen en estercoleros
porque no se busca en ellos. Buscamos una gema dentro de una joyería, o en los
brazos o cuello de una persona muy importante.
Las cosas
físicas las vemos, las personas son hermosas y sublimes mas aùn si les
enriquece la apariencia, con una gema de gran valor.
Vemos
siempre la apariencia, lo físico la caricatura del impacto de un gran
maquillaje, porque lo secreto de la faz está muy bien escondida. El antifaz,
sabe esconder muy bien.
Los ojos y
su luz reflejan el peso del alma buena o mala, son el espejo del alma bien
dicho y bien expresado por los grandes sabios.las grandes gafas pueden tapar la
iluminación del mismo o bien tapar el ojo maligno, que mira mal. Mateo 6:23
Dios busca
hombres y mujeres con voluntad propia de servirle, sin acomodos, sin excesos de
voluntades propias; más bien siguiendo el designio impuesto por el creador de
la llave.
Dios busca
un Hombre una mujer para cada llave y
busca una llave para cada hombre, y mujer.
La llave
de la ciudad, era portada por un mayordomo moral, leal, espiritualmente
solvente, cuyo sentido de pertenencia lo hacía envolvente, responsable,
confidente de todo lo que competía a las puertas de la ciudad, así como del
palacio imperial. Solo él podía ser portador de esa llave para ese cerrojo,
cuando el abría nadie podía cerrar las
puertas de la ciudad y las puertas del palacio real, y cuando el cerraba nadie
podía abrir.
David
entraba y salía de la ciudad de su emperador Saúl, como bien quisiera, había
ganado la confianza, fue galardonado como el hombre que había ganado la batalla más grande en nombre
de su Dios, y los escuadrones de Jehová habían adquirido un nuevo enfoque de
valentía y coraje. Ésta fachada de nuevo líder confiable no gustaría al Rey,
pero el Dios creador de la llave pesó el corazón de éste joven muchacho.
Hombre
valiente y esforzado, astuto para la guerra, confiado en su Dios más que en sus
armas, su corazón valiente obedecía a su confianza en el Señor mas que en su propia confianza,
Dios sabía que en su intimidad, escribía sus liras sus
canciones épicas, dándole cada vez mas gloria a su creador que a sus hazañas.
No hubo un cantor mas dulce y agradecido que David para Dios. No hubo un Dios
más grande que el Dios de David en sus cánticos de guerra, no hay un Dios mas
cuidador que su Dios, Jehová es mi pastor nada me faltará salmos 23:1
mientras pacía con las ovejas de su Padre Isaí, David se imaginaba a si mismo a Dios su padre celestial,
paciéndolo como una oveja de la majada.
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